Mar Romera: «Los profesores que no están motivados deberían salir de las escuelas» U na de las molestias que más afectan a lo que llaman motivación es comprobar cuántos profesores abducidos confunden o equiparan una descripción clara de la realidad y los sistemas educativos en términos racionales con los cánticos, himnos y aleluyas de los conferenciantes. El negocio debe de funcionar bien, porque su presencia se pultiplica ad nauseam en redes, pabellones y, en el peor de los casos, administraciones y centros educativos que los contratan para ofrecer charlas motivacionales de estilo empresarial o cursos de homeopatía educativa mientras la financiación educativa alcanza mínimos en la serie histórica. A ver si los conversos a esta espiritualidad profesional por catálogo logran entender de una vez que trabajar con ganas no es incompatible (precisamente al contrario) con señalar necesidades objetivas, sean de financiación, de recursos o de planteamiento educativos. Más allá del ...
La escuela no tiene significado sin dimensión académica. Y sin dimensión social no tiene sentido.